domingo, 14 de noviembre de 2010

TRAICIÓN EN LA CATEDRAL

Los niños corrían por la plaza. Los mercaderes mostraban sus productos a todo el que pasara. Un grupo de mujeres cuchicheaba para no ser oídas... Montones de personas caminaban frente a la hermosa catedral,(terminada hacía poco)  que se giraron al verme pasar.
Yo iba montada en mi preciosa yegua con mis guardias cortejándome al rededor. El obispo me había hecho llamar para ver la hermosa y ya terminada catedral, ya que era la hija del dueño de aquel enorme feudo.
        -Lady Isabelle -me saludó el buen hombre al llegar a las puertas del enorme edificio- es todo un honor.
Mis sirvientes me ayudaron a bajar del caballo. Le saludé con una inclinación de cabeza.
Entré en la hermosa catedral con el obispo y dos de mis guardias. Los demás quedaron fuera, lo cual mas tarde supe que fue un error.
La catedral era enorme, luminosa y muy decorada. Subimos a la planta mas elevada, a un pasillo que daba al exterior.
Salieron dos hombres discretamente de la sombra. El obispo se giró para mirarme en el mismo momento en que unas flechas atravesaban a mis sirvientes.
Quise gritar, mas me taparon la boca. Entonces reconocí a uno de los hombres.
       -Hola hermana- me sonrió burlón- siento hacer esto, pero nuestro padre te quiere dejar en herencia algo que yo quiero, y, como creerás conveniente no lo puedo permitir.
Me asuste, supe que me quería asesinar ahí mismo,en la casa de Dios, pero se me ocurrió un plan.
Hice que me desmayaba junto a uno de mis guardias, que iba armado, y ya que era muy diestra con la espada, aproveché la ocasión. Cogí rápidamente la espada de mi guardia y atravesé a mi hermano en el momento en que se inclinaba hacia mí. Me miró con sorpresa...mas ya se había ido.
Me levanté ágilmente, espada en mano, mas el otro hombre y el obispo se inclinaron ante mí. Me pidieron perdón, por haber echo tal barbaridad en un sitio como aquel, y que fueron obligados por mi hermano.
Les perdoné con la vida, pero aun así les dije que se fueran y no volvieran jamás.
Todo el pueblo se enteró de la traición de mi hermano y el obispo, y de mi increíble valentía... pero nadie más supo nada del otro hombre ni del obispo.

3 comentarios:

  1. Tia la historia está genial ME ENCANTA!! Bueno un beso chao RUBIA!

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  2. Está bien. Tenías que habérmela enseñado. Hecho es con h y detras de hermana, que es vocativo, va una coma. El paréntesis del principio no es necesario.
    no dejes de preguntarme lo que necesites. Eres una lumna muy aplicada

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